miércoles, 2 de diciembre de 2009

impòrtancia de los minerales en el ser humano














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LA IMPORTANCIA DE LOS OLIGOELEMENTOS IONIZADOS EN LOS SERES VIVOS

Todos los nutrientes que el hombre necesita para vivir de forma saludable se encuentran en la tierra, existiendo un perfecto balance entre estos minerales y las necesidades de nuestro organismo. El problema es que los humanos están sujetos al efecto del ciclo del agua, que supone el arrastre de los minerales de la superficie del suelo por acción de la lluvia. Durante millones de años, desde las semillas hasta el árbol más alto han disuelto los minerales en forma iónica, absorbiéndolos de las profundidades y depositándolos en el suelo, de donde pueden ser fácilmente arrastrados por el agua. Para aumentar este problema, la agricultura, muy agresiva, ha empobrecido aún más la tierra. Además, muchos fertilizantes y pesticidas secuestran los minerales del suelo, de modo que pocos minerales pueden ser absorbidos por las frutas y vegetales. Cuando la gente consume estos productos crecidos en suelos empobrecidos, la ingesta de elementos esenciales se vuelve insuficiente. Esto perjudica a importantes funciones fisiológicas y provoca enfermedades.

¿QUÉ SON LOS MINERALES?


Los minerales no son más que elementos químicos, muchos de los que aprendimos en los libros de química en el colegio. Son los elementos que componen el Universo, la Tierra y cada ser que la habita, incluido tú.

Sabemos que los minerales también forman parte de los seres humanos. Nuestro cuerpo contiene calcio y fósforo en los huesos; el zinc, el cobre, el hierro y el azufre forman parte de algunas proteínas; el magnesio, el potasio y el sodio se encuentran en los fluidos corporales y líquidos celulares.

Estos minerales, y muchos otros, son indispensables para que se lleven a cabo los procesos químicos y eléctricos que mantienen nuestro organismo, y además es importante que se encuentren en concentraciones equilibradas. La carencia o el exceso de alguno de estos minerales puede llevar al desarrollo de enfermedades.

LA IMPORTANCIA DE LOS OLIGOELEMENTOS


Nos puede sorprender que algunos elementos, que nos parecen ajenos a los seres vivos, se encuentren de forma natural en nuestro organismo, siendo imprescindibles para que funcione bien. Pero efectivamente, sin Cobalto no tendríamos vitamina B12, de cuya estructura forma parte y que es imprescindible para la formación de células sanguíneas. Se sabe que el Selenio potencia la actividad antioxidante de la vitamina E. El Yodo es parte de la estructura de las hormonas tiroideas, conocidas porque regulan el metabolismo. El Cromo ayuda a que nuestras células aprovechen la glucosa para obtener energía. Grandes desconocidos son el Molibdeno y el Manganeso, sin los cuáles algunos sistemas enzimáticos no funcionan correctamente.

UNA NUEVA PLAGA: EL DESEQUILIBRIO IÓNICO


Debido a que nuestro cuerpo necesita cerca de dos tercios de todos los elementos conocidos por el hombre, si queremos mantenernos sanos tomar estos minerales de manera equilibrada es un requisito vital. Las exigencias de la vida diaria demandan una continua ingestión de minerales.

Además, algunas situaciones aumentan el estrés y entonces las demandas de nuestro cuerpo son mayores. Nuestro organismo se vuelve especialmente vulnerable a las deficiencias de minerales.

La razón por la que es saludable tomar un conjunto completo de minerales y oligoelementos iónicos, como el que aporta el agua de mar, reside en que sin minerales el cuerpo no puede aprovechar de manera eficaz los demás nutrientes y vitaminas.

Hay 92 elementos conocidos, otros 22 elementos hipotéticos, y centenares de variaciones isotópicas. No es extraño que los científicos estén ahora empezando a descubrir los efectos y relaciones entre minerales en el sistema humano, cómo los minerales ayudan a mantener un equilibrio saludable y qué efectos adversos son provocados por el desequilibrio mineral.

Muchas situaciones de nuestra vida diaria, como el estrés, la práctica frecuente de ejercicio físico, o dietas demasiado restrictivas y pobres en nutrientes, provocan desequilibrios en nuestro cuerpo. Los síntomas de estas situaciones deficitarias pueden ser calambres musculares, caída de cabello, fatiga general, etc.

Nuestro organismo intenta compensar estas situaciones deficitarias aumentando la absorción en el intestino de los minerales que le hacen falta. Estos minerales tienen que ser aportados en la dieta en forma iónica, para ser más biodisponibles. Si queremos mantenernos sanos debemos ingerir minerales iónicos en las proporciones adecuadas.

Los minerales y oligoelementos que necesitamos los seres humanos debemos ingerirlos con la dieta. Sin embargo, cada vez son más los problemas que aparecen asociados con deficiencias de minerales, porque los alimentos son pobres en estas sustancias tan importantes para mantenernos sanos.

Muchos de los elementos que una vez han estado abundantes en el suelo han sido arrastrados a los mares y océanos. De esta manera, la complejidad química del agua del mar es tal que ni siquiera hoy su composición exacta ha podido ser reproducida por la ciencia.

Todos los elementos necesarios para mantener la vida humana podemos encontrarlos cargados iónicamente y en perfecto equilibrio en el mar, listos para ser absorbidos por nuestro cuerpo. Sin embargo, no todos los mares tienen la misma riqueza mineral. Sólo el agua de determinados mares interiores, sometida a un tratamiento adecuado, puede servir como complemento nutricional que aporte los minerales que necesitamos.